¿Sabías que tu vivienda puede influir directamente en cómo te sientes? El II Barómetro de la Vivienda en España 2025, elaborado por CGATE y GAD3, confirma que el entorno en el que vivimos impacta de forma clara en nuestra salud emocional, especialmente en jóvenes y personas mayores.

Según el estudio, el 68 % de las personas cree que su hogar influye positivamente en su bienestar mental. Pero esta percepción varía según el tipo de vivienda: entre los propietarios sube al 78 %, mientras que solo el 49 % de los inquilinos comparte esa sensación, lo que refleja la inseguridad de no tener un espacio propio.

Además, acceder y mantener una vivienda genera ansiedad: una de cada cuatro personas ha vivido estrés durante este proceso, y un 20 % ha sentido miedo a perder su casa. En los mayores, los problemas se centran en la soledad, agravada si la vivienda está mal acondicionada o tiene poca luz natural.

Pero también hay buenas noticias: el estudio Hogares con Psicología (2022) señala que ciertos cambios en el hogar pueden mejorar nuestra salud mental. Mantener el orden, aprovechar la luz natural, tener plantas o vivir cerca de espacios verdes ayuda a reducir el estrés y la sensación de soledad. Y, por supuesto, la calidad de las relaciones dentro del hogar también cuenta: compartir tiempo con la pareja o tener buena relación con vecinos y familiares se asocia con mayor bienestar.

En resumen, tu casa no es solo un lugar físico: es un espacio que puede cuidar (o dañar) tu equilibrio emocional. Transformarla, dentro de tus posibilidades, es una forma real de cuidarte.